martes, 17 de mayo de 2011

El antes y el después de un buen momento

Hay ciertas celebraciones y eventos a los que le gusta ir y cuando está en ellos disfruta pero el antes y el después se convierten en casi una pesadilla.

Los preparativos anteriores la ponen nerviosa. Piensa que no le va a dar tiempo, que va a llegar tarde, que no tiene esto o lo otro, que nadie la va a ayudar… Darse una ducha, vestirse o ponerse los zapatos y la chaqueta para salir se pueden convertir en todo un calvario que dura horas.

Lo mismo pasa a posteriori. Cuando está allí lo pasa bien, tiene un momento agradable, pero termina muy cansada y luego pasa días recuperándose. Necesita ir a la cama pronto y levantarse tarde. Además, al día siguiente casi no tiene energía para moverse.

Intentamos que se canse lo menos posible y va en coche desde la puerta de su casa hasta el sitio que sea, en el evento está todo el tiempo sentada y para volver va en coche de puerta a puerta otra vez. Pero su cansancio viene del nerviosismo que pasa por saber que tiene que hacer algo y pensar que no le va a dar tiempo.

Hasta que punto la beneficia el momento de gozo y alegría que le reporta el evento? Es mejor seguir la rutina diaria y que no asista a ninguna celebración especial?

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