domingo, 10 de abril de 2011

La memoria musical es lo último que se pierde

En la película ‘Bicicleta cuchara manzana’, sobre la que os hablé ayer, dicen que la memoria musical es lo último que se pierde con el Alzheimer. Además, la esposa de Pasqual Maragall asegura sentirse consolada con esta noticia ya que su marido ama la música y mientras tenga música será feliz.

Yo corroboro que esto es cierto. Ella, como ya sabéis, no es la única con este mal en la familia (su hermana también lo sufre y su cuñada lo padeció hasta el final), sigue cantando. Nunca tuvo una relación especial con la música o con la canción pero sí que ha sido siempre muy religiosa. Así que sigue yendo a misa y allí sigue cantando todas las canciones.

Se le han olvidado algunas oraciones, no se acuerda del nombre del sacerdote o de quienes se sientan a su lado en cada celebración pero se acuerda de las canciones y sus melodías. Y las sigue y las canta sin ninguna duda o confusión.

Su cuñada tampoco olvidó la música. Tras años luchando con la enfermedad, murió recordando canciones. Siempre le había gustado la copla y cantar y cuando ya, prácticamente, no reconocía a nadie seguía acordándose de las letras. Cuando ya no podía moverse y había que hacerle todo, seguía cantando. Y cuando ya estaba en cama seguía tatareando. Se olvidó de sonreír y de llorar pero no de cantar. Incluso en sus últimos cumpleaños cuando su hija le decía ‘Felicidades’ ella intentaba tararear ‘Cumpleaños Feliz’.

Eso sí, en algún momento fue un problema porque también en plena noche cuando todos dormían ella cantaba y los despertaba. Pero, al final, eso se queda en mera anécdota porque la música la hacía feliz y, como dice la película, fue lo último que olvidó.

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